Historia, patrimonio y tradición
Historia
Presentación
Era glaciar
El valle de Ossau existe gracias al famoso glaciar que, hace decenas de miles de años, cubría los Pirineos. Podemos decir entonces que fue una gran capa de hielo que esculpió el valle que hoy existe de Laruns hasta Arudy.Paleolítico/ Magdaleniense
Numerosos vestigios descubiertos en las cuevas de Arudy han permitido afinar el conocimiento de esta parte de la prehistoria: la presencia humana en el valle se remonta al periodo glaciar tardío (hace unos 17.000 años).Fue el calentamiento del clima lo que impulsó a los primeros cazadores-recolectores a emigrar a las montañas.
Inicio del pastoralismo / Neolítico (uso generalizado de herramientas)
Poco a poco, la humanidad pasó de una economía depredadora a una economía de producción. Fue entonces cuando se establecieron los primeros pastores seminómadas. Según recientes estudios palinológicos (estudios de polen y fósiles) realizados en Ossau, los inicios del pastoreo en praderas de altitud se remontan a hace más de 7.000 años.Invasiones
Mientras la vida en el valle se organizaba progresivamente, la vida cotidiana de los habitantes de Ossau se vio obligada a evolucionar con el paso de diferentes pueblos: los "íberos" (llegados de Asia a través del norte de África y España hacia el 500 a.C.) y, un siglo más tarde, los "celtas" (llegados del norte y del oeste).En el año 60 a.C., los romanos, bajo las órdenes de César, establecieron su administración en Oloron. Roma se instaló entonces en el valle, nombrando un "magister" que construyó una "vila" en el corazón del valle.
Esta vila, actualmente el pueblo de Bielle ("vila"-"villa"-"biela") se convirtió en el "Capitolium" o "capdulh", la capital histórica de todo el valle.
El dominio del Imperio Romano sobre la zona duró 5 siglos, pero no se limitó al establecimiento de una administración, sino que también supuso una revolución económica con la introducción de los cultivos de cereales (mijo, centeno y cebada).
A este largo periodo siguieron invasiones visigodas, árabes y normandas. Los normandos arrasaron Oloron en 841 y avanzaron también hacia el valle de Ossau.
Según la leyenda, la resistencia ossaloise fue dirigida por el joven Señor de Beon, que asesinó al jefe normando en un combate singular ¡salvando así el valle!
La capilla de Notre Dame de l'Ayguelade, en Bielle, se construyó en recuerdo de esta batalla.
Un valle aparte
El Valle de Ossau fue forjando poco a poco su propia identidad. En 1221, el vizconde bearnes Guillaume de Moncade concedió al valle sus propios foros (conjunto de textos jurídicos redactados entre los siglos XI y XV).En el siglo XIV, la "Jurade d'Ossau", formada por todos los representantes del valle, gestionaba su propio sistema de gobierno. Se reunía en el "Ségrari" (sala contigua a la iglesia de Bielle) para velar por el bienestar de los habitantes, el respeto de los privilegios del valle frente a la autoridad de los señores bearneses y el cumplimiento de los tratados pastorales.
Al mismo tiempo, los habitantes también administraban y gestionaban libremente enormes extensiones de tierras de pastoreo indivisas, incluidos los páramos de Pont-Long, al norte de Pau.
El 15 de octubre de 1620, Luis XIII invade Bearn y entra en Pau. Cinco días más tarde, publicó un edicto para "unir e incorporar Bearn y Navarra a la Corona de Francia".
Béarn pierde así su independencia (reivindicada por Gaston Febus en 1347) pero los bearneses no pierden su cultura ni su identidad única.
Para minimizar y sofocar el levantamiento popular, el rey se aseguró de que los bearneses pudieran conservar sus fueros y privilegios.
Balnearios y primeros turistas
En el siglo XIX, el valle de Ossau vio llegar a sus primeros turistas con el desarrollo de la industria termal, impulsada por Napoleón III y su esposa, la emperatriz Eugenia. Estos nuevos visitantes adinerados fueron los responsables de la construcción de numerosas infraestructuras en el valle.Con este telón de fondo florecieron los pueblos de Eaux-Chaudes y Eaux-Bonnes.
El inicio del pirineísmo
Las montañas que dominan estos balnearios atraen a los más curiosos y, sobre todo, a los más aventureros.Hay de todo por explorar; puertos y cumbres que escalar. Fue con la aparición de los guías locales (algunos de los cuales llegarían a ser famosos) cuando nació el turismo de montaña, creando una nueva economía que marcó el inicio del pirineísmo.